Decisiones inteligentes para crear negocios rentables.

A lo largo de nuestra vida hemos tomado un sin fin de decisiones que repercuten en lo que ahora somos y en en el punto en el que estamos. Sin embargo, haber decidido por alguna de las opciones no significa que siempre han sido las mejores decisiones. Por eso es que en este nuevo artículo quiero hablarte un poco sobre las decisiones inteligentes y cómo pueden repercutir para crear negocios rentables.

La verdad es que siempre y en cada momento tenemos una diversidad muy grande de opciones por las cuales debemos elegir. Por ejemplo, cuando vamos a desayunar tenemos que pensar en qué es lo que queremos, puede ser un pan tostado con mermelada o cereal con leche. Decidimos si tomar un jugo de naranja o un café o también decidir qué sección del periódico queremos leer primero.

Estas decisiones son sencillas y pequeñas que no repercuten a gran escala en nuestros negocios o en nuestra vida, sin embargo tienen efecto en nosotros. Por ejemplo, decidir entre ver la televisión o leer un libro sí influye en nosotros. Un libro puede permitir que nuestro nivel de conocimiento y contexto se expanda. De igual manera, hay decisiones que pueden afectar significativamente, como una decisión de inversión o de negocios.

Si no tomamos la mejor opción corremos el riesgo de tener un fracaso muy grande, e imagino que los fracasos no te gustan, a nadie le gustan las caídas. Déjame decirte que los tropiezos y los errores son necesarios para crecer, sin ellos no aprenderíamos a no volver a hacer ciertos actos o analizar detalladamente cada decisión.

A pesar de que cometemos errores, existe la manera de no cometer demasiados y lograr que las cosas marchen lo mejor posible. Para lograr que eso pase tenemos que ser inteligentes.

Hay que ser inteligente financieramente y con nuestras emociones. La única manera, o por lo menos a lo que a muchos les ha funcionado, es ser lo más racional posible en nuestras decisiones. Hay que analizar cada ‘pro’ y cada ‘contra’ de nuestras opciones y elegir la que menos errores pueda tener.

En los negocios no siempre es sencillo tomar decisiones y no se toman tan rápido. Algunos pueden llevar horas e incluso días para poder analizar las acciones que haremos. Por ejemplo, si  nuestro equipo de trabajo no está ofreciendo buenos resultados tenemos que decidir qué acciones concretas debemos aplicar para que esa situación cambie.

Podemos pagar un entrenamiento de equipos para que todos los integrantes tengan mejores resultados, den lo mejor de sí mismos o aprendan a trabajar en equipo. Podemos aplicar reglas para sancionar a aquellos que no realizan su trabajo o simplemente despedirlos. ¿Cuál es la mejor opción? Eso dependerá de tu negocio, de la situación que se esté presentando y de ti, que analizas los ventajas y desventajas de cada alternativa.

Todas las tomas de decisiones son diferentes, algunas son similares y pueden resolverse de igual manera, pero los resultados son variables. Existen muchos expertos que ofrecen sus técnicas para la resolución de problemas y tomar decisiones inteligentes, pero incluso ellos adaptan sus conocimientos a las situaciones que las empresas o los equipos presenten.

Lo importante en las técnicas que venden o las que podemos encontrar en internet y libros no es lo que hay que hacer, sino el cómo podemos aplicarlo en nuestras situaciones. Los pasos que hay que realizar son clave para tomar decisiones inteligentes, pero también es importante tener un razonamiento de esos pasos y encontrar la manera de adaptarlo a nosotros.

¿Qué es un negocio rentable?

Un negocio que despega, que sube su nivel de estándar y lo más importante, que genera un flujo de efectivo, significa que es rentable.

Los grandes millonarios han encontrado un negocio o sistema que los haga ricos. Un negocio que puede ayudarles a multiplicar su inversión y generar más dinero. Sin embargo, que sea rentable no significa que no tenga fallas ni problemas en sus áreas, sino que se ha encontrado la manera de minimizar esos errores para que el negocio se vuelva escalable. Un inversionista no invierte en empresas que no cuentan con un sistema rentable.

¿Alguna vez has leído la frase de Peter Drucker que dice: “Donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente”? Es un claro ejemplo de que las decisiones inteligentes llevan por el camino de buenos resultados.

Un negocio se vuelve rentable cuando su líder y su equipo saben tomar decisiones y trabajar en conjunto. Cuando se comienzan a tomar decisiones racionales las ganancias, las ventas o los procesos organizacionales toman forma y generan los mejores resultados.

En ocasiones, no se trata de encontrar las mejores ideas de negocio o las más novedosas, sino de saber tomar buenas decisiones y tener un control de toda la organización. Existen ideas muy novedosas y brillantes, pero han fracasado. Han fracasado por su falta de visión, por no saber ser inteligentes.

Puede que tomar decisiones sea difícil, pero tenemos que hacerlo. Si no te decides a emprender un negocio, tu libertad financiera no llega, tu riqueza no llega por sí sola y si lo hace de la manera más rápida y no sabes controlarla, probablemente se te irá fácilmente de las manos.

Un ejemplo de la frase célebre de Peter es el caso muy conocido de Kodak que no quiso apostar por lo digital. Esta empresa se quedó con sus cartuchos y alguien más generó un nuevo negocio digital que logró bajar las ventas de Kodak y ganarle una parte muy grande del mercado. Ahora nadie usa cartuchos, todos tomamos fotografías con nuestro teléfono celular o con una cámara digital que nos muestra las fotografías al instante.

¿Puedes ver la importancia de las decisiones inteligentes? Aquel que no toma una decisión tiene el riesgo de que alguien más lo haga y tome los frutos de esa acción. Kodak decidió quedarse con sus cartuchos, no fue su mejor decisión y como consecuencia terminó fuera del mercado de la fotografía.

¿Cómo tomar decisiones racionales?

Para tomar decisiones inteligentes es importante determinar algunos factores claves que nos pueden ayudar a elegir las mejores, resolver conflictos y lograr que un negocio se convierta en un éxito.

  1. Piensa en lo prioritario.

Una de las claves para tomar una decisión inteligente es pensar en lo verdaderamente importante. Cada una de las acciones que tomes en el día debe dejarte algo de beneficio para ti o tu negocio. Si es posible tómate un tiempo en las mañanas para establecer lo que es prioritario. Si tienes un objetivo debes hacer tareas que te acerquen más a él.

En ocasiones hacemos lo contrario, ponemos en primer plano las tareas que nos llevan por otros caminos, nos hacen tomar otras decisiones con pocos resultados favorables. La mejor decisión que podemos elegir es la que nos lleva por el camino de nuestro gran objetivo.

  1. Analiza los ‘pros’ y ‘contras’.

Cada decisión tiene sus ventajas y desventajas, lo importante es elegir el que más impacto positivo tenga en nuestro negocio o en nuestra vida. Recuerda que toda decisión que tomemos repercute en los resultados que obtenemos al final. Pon sobre la mesa las diferentes opciones que tienes y tómate el tiempo para analizar cada una.

No todas las decisiones se deben tomar en el momento, los impulsos no siempre son buenos aliados. No tomes decisiones cuando estás molesto, triste y/o desesperado, porque cuando un sentimiento nos embarga nuestra inteligencia tiende a bajar y nuestro nivel de razonamiento está limitado.

Si necesitas tomar una decisión puedes hacerlo a solas, con una pluma y una hoja en donde puedas escribir cada uno de los pros y contras de cada alternativa. Si tus decisiones deben ser en equipo, reúne a todos en una sala libre de distracciones. Pide que cada integrante coloque su celular en silencio y concéntrense en lo importante: Elegir una decisión inteligente.

  1. Crea límites.

Es importante considerar límites. Son límites que no debes de sobrepasar cuando tomes alguna decisión. Como comenté anteriormente, en ocasiones un sentimiento nos embarga y solemos tomar acuerdos que no son beneficiosos para nosotros. Por eso hay que poner un límite con el que podamos guiarnos para tomar la mejor decisión que tengamos.

Un claro ejemplo de los límites es cuando tenemos una cita de negocios con un posible socio. Antes de llegar a la junta establecemos límites que no podemos sobrepasar. Podemos poner como límite aceptar un porcentaje de acciones por comprar o que nos compren, decidir invertir cierta cantidad de dinero en x negocio o aceptar un trato con tales beneficios o acuerdos. Es importante que siempre tomes en cuenta que no puedes romper esos límites, porque es un plan que has realizado con anticipación y has analizado cada detalle.

  1. No mires más de 3 alternativas.

Alternativas hay muchas, pero no todas son las mejores o tienen buenos beneficios. Tomar decisiones inteligentes conlleva eliminar aquellas alternativas que no son convenientes y dejar al final aquellas que son mejores o tienen un impacto positivo mucho mayor. De igual manera, tener un máximo de 3 alternativas permite no perder el enfoque en lo prioritario. Mientras menos opciones, más sencillo es elegir la opción correcta, ya que nuestra mente se centra en lo importante.

  1. Utiliza la técnica de “café caliente”.

Esta técnica la leí en internet y me pareció bien nombrarla. ¿Qué haces cuando un café está muy caliente? Dejas que se enfríe. Cuando alguien te de una alternativa en caliente, debes dejar que tu mente la procese y luego eliges sabiamente. No respondas de inmediato, ya que el impacto de la pregunta puede hacer que no pienses claramente.

  1. Cuestiónate y cuestiona todo lo que puedas.

Nuestras ideas o pensamientos en ocasiones se ven influenciados por nuestras creencias o por nuestro contexto. Una alternativa puede sonar la mejor posible, pero también puede ser que esté influenciada, que solo veas lo que quieres ver. Puede que consideres más beneficios de los que hay en ciertas alternativas y te dejes guiar por ellas.

Para poder profundizar en el análisis de cada decisión debes cuestionar todo, incluso a ti mismo. Pregúntate qué pasará si eliges X alternativa y qué pasará si no la eliges. Aplícalo a cada una de tus opciones. También es importante que seas lo más sincero y honesto contigo mismo, no te vendas ideas que influyan en ti. Mira las cosas tal y como son, trata de que todo se vuelva más transparente.

  1. Evalúa los resultados existentes.

Si ya has pasado por situaciones similares con anterioridad, piensa en las decisiones que tomaste y los resultados que conseguiste. Recupera en tu banco de recuerdos todo lo que pueda guiarte a una buena decisión.

Bien sabemos que de las experiencias aprendemos. Si algo no nos funcionó debemos pensar en las razones del por qué no funcionó e incluso podemos adaptar algunas prácticas para decisiones futuras. Puedes tomar experiencias de otras personas, como los autores de libros, que nos comparten sus técnicas o claves que ha ellos les a funcionado.

Conclusión.

Los negocios rentables se logran con las decisiones inteligentes que tomemos para lograr que sean un éxito. Hay que mantener un pensamiento claro y no permitiendo que el calor del momento o  que un sentimiento esté influyendo en nuestra toma de decisiones.

Si tienes un negocio debes entender que hay que ser más racionales, tenemos que pensar claro para hacer lo mejor. No digo que los impulsos sean malos, en ocasiones nos motivan a realizar algo, sin embargo, la mayoría de ellos salen mal o nos conducen a situaciones que no podemos controlar. Cuando no tenemos control en nuestro negocio, se vuelve más difícil mantenerlo en pie.

¿Cómo tomas las decisiones en tu vida o negocio? ¿Crees que son del todo racionales?

Comparte este artículo con más personas para que comiencen a tomar decisiones inteligentes que mejoren su calidad de vida y los resultados en sus negocios.

 

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